Vivimos en un mundo donde constantemente se bañan los diarios de sangre cada mañana, donde las mentes son aisladas en sentimientos mudos que estallan devastadoramente en cada persona, en un eterno limbo de placeres desconocidos que son estos sentires y quien si no quien solo los experimento, los oye con la desesperación desgarradora en el ritmo de su vida agetreada sin poder escapar, mientras acaba odiando lo que ama y amando lo que odia. Así vivimos todos, vivimos en un Amordio.